Al Barakaldo le tembló el pulso. La presión añadida por sentirse candidato al ascenso se tradujo en miedo a perder y ese camino le llevó a la derrota en el polideportivo El Pandero. Tuvo la victoria en su mano durante casi todo el encuentro, pero incurrió en fallos infantiles y se descompuso cuando el Palma del Río acortó distancias.
Los vizcaínos no han podido digerir al conjunto cordobés en esta campaña. Se les atragantó en Lasesarre y ayer, cuando ya estaba prácticamente hundido, fueron los hombres de Txanpi Rivero los que se encargaron de meterlo en el partido y devolverles la ilusión por ganar. Muchas facilidades para un equipo que, además, necesitaba los dos puntos para huir de la promoción por la permanencia.
El Barakaldo alcanzó un gran nivel de juego en la primera mitad. Su defensa contuvo con acierto los ataques del equipo anfitrión y pronto adquirieron las primeras rentas en el marcador. El ataque vizcaíno encontraba en la segunda línea la mejor arma para superar a los cordobeses. Los extremos y el pivote auriazul hacían mucho daño y las distancias se dispararon. Al descanso el Barakaldo llegó con siete goles de renta. Un mundo para el Palma del Río, que no veía la forma de superar al portero Julio.
En la segunda parte el partido cambió radicalmente. Los anfitriones consiguieron un parcial 3-0 que pilló en frío a los hombres de Rivero. A pesar de ello, recondujeron la situación para moverse con comodidad en rentas de cuatro y cinco goles. Los auriazules recuperaron su prestancia, ordenaron sus líneas y volvieron al partido.
Cortocircuito
Sin embargo, a diez minutos para el final el Barakaldo sufrió un cortocircuito. El Palma del Río logró un parcial 5-1, algo impensable tal y como de había desarrollado el partido. A los vizcaínos se les cayó el brazo cuando vieron que los anfitriones empezaban a recortar diferencias y entraron en una dinámica de errores, tiros a los postes y pérdidas de balón. Propiciaron contragolpes cómodos y letales de los anfitriones y, si el ataque no funcionaba, también la solidez defensiva se vino abajo y convirtió a los vizcaínos en un rival vulnerable. La remontada era posible, los cordobeses creyeron en ella y lucharon por conseguirla.
Todavía quedaban cinco minutos para enmendar la plana, pero el Barakaldo ya había entregado el partido antes. El Palma del Río logró un parcial de 4-2 en el último tramo del encuentro para adjudicarse el triunfo. La presión por el ascenso pudo con los de Rivero, que ahora se alejan a siete puntos de ese objetivo.
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