lunes, 23 de octubre de 2006

Bm. Costablanca (36) - ARS Palma del Río (26)

Si la jornada pasada el ARS conseguía la machada de ganar a un equipo que todavía no sabía lo que era perder, esta semana ha tocado ver la otra cara de la moneda, el ARS ha sucumbido ante un equipo que todavía no conocía la victoria. Esto lo que demuestra es que en esta categoría el dicho ‘no hay enemigo pequeño’ es una pura realidad, y en esta temporada, al igual que ocurría en temporadas anteriores, acertar un pleno en una quiniela de esta competición es una tarea bastante complicada, ya que se van a dar muchas sorpresas.

Las cosas ya empezaron a torcerse a comienzos de la semana con las lesiones de Javi Bertos y David Enríquez, continuaron empeorándose con el repentino viaje que tuvo que hacer Nikola Dokic a su país natal por motivos del fallecimiento de su abuelo y para colmo unos problemas inexplicables y sin fundamento en la aduana del aeropuerto de Milán, no hicieron posible su vuelta a España por lo que tuvo que perderse el partido en tierras alicantinas.

Todos estos ingredientes hacían presagiar que el partido del sábado no iba a ser un camino de rosas y sí de muchas espinas. Sin embargo, el comienzo del partido fue bastante esperanzador, los palmeños conseguían ponerse delante del marcador a las primeras de cambio y gozaron de ventajas de tres goles que en nada daban indicios de lo que ocurriría después. El central alicantino Fernando la Torre, con sus goles y continuos pases al pivote y extremos hacía que la defensa del ARS fuera una vulgar caricatura de lo que nos tiene acostumbrados. El portero Manu, al que siempre acudimos cuando las aguas no van por su cauce, no pudo convertirse en el salvador del equipo como ocurría la jornada pasada, pero aún así, pudimos irnos al descanso con el marcador en empate si no hubiera sido por una jugada tonta de contrataque que regalamos e hizo que el marcador pusiera un 11-9.

En la segunda parte se pensaba que las cosas no podrían ir peor de lo que fueron en la primera parte, pero en eso también estábamos equivocados. Cinco minutos le bastaron al Costablanca para ponerse con una diferencia de cuatro goles, diferencia que ya lo único que haría sería incrementarse paulatinamente a lo largo de toda la segunda parte, los jugadores visitantes desquiciados no entendían como ocasiones claras de gol en seis metros eran continuamente enviadas fuera, daban en el poste o eran bloqueadas por los dos porteros locales que cuajaron una gran actuación. Al final una cifra de 36 goles ondeaba en el marcador del equipo local, con una diferencia de 10 goles en el golaverage que hace muy difícil sea superado en el partido de vuelta en casa. Por fortuna, la renta de seis puntos que tiene el ARS, hace que se mantenga en una zona cómoda de la clasificación ocupando el octavo puesto.

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